Nuevo frente de batalla entre Bruselas y el sector alimentario y de gran consumo. Tras la oleada de protestas de los agricultores, la propuesta europea de un nuevo Reglamento de Envases y Residuos de Envases ha puesto en pie de guerra a toda la cadena. Un total de trece organizaciones empresariales, entre las que se encuentran Aecoc, Anged, Asedas, Fiab, Marcas de Restauración, Cooperativas Agroalimentarias, Asaja y Coag, entre otras, han mostrado su inqueitud ante las nuevas reestricciones que pueden aprobarse.

Una de las mayores preocupaciones radica en las limitaciones específicas para el envasado de frutas y hortalizas, ya que, según estas organizaciones, «se está realizando de una manera discriminatoria, desproporcionada y contraproducente para un sector tan importante para nuestro país». El pasado día 5 de febrero se inició la negociación entre la Comisión, el Parlamento y el Consejo Europeo en los denominados trílogos y la última propuesta que hay sobre la mesa establece la prohibición de usar envases de plástico en paquetes que pesen menos de un kilo.

En España, el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases establece ya que en los comercios minoristas de alimentación las frutas y hortalizas se presentarán sin plásticos, salvo para lotes de 1,5 kilos o más y para aquellas que se envasen bajo una variedad protegida o que cuenten con una indicación de calidad diferenciada o de agricultura ecológica. Eso, además de aquellas que presentan un riesgo de deterioro o merma cuando se venden a granel. El problema es que, ante la falta aún de una orden por parte del ministerio de Agricultura, para regular las excepciones la aplicación de la medida está paralizada.

Periodo de adaptación

En el Real Decreto se establecía que el ministerio de Agricultura debía coordinarse con el de Transición Ecológica y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición para establecer las excepciones, a partir de lo cuál «los comercios dispondrán de un plazo de seis meses para su adaptación». Pero es algo que aún no ha ocurrido. Las organizaciones empresariales del sector consideran que «el futuro reglamento de la Unión Europea debería impedir que la normativa estatal introdujera este tipo de limitaciones», insistiendo en que «en muchos casos no existen alternativas desarrolladas a escala» que puedan utilizarse.

Pero las frutas y hortalizas no son el único desvelo del sector, que ve con preocupación cómo se pueden llegar a prohibir las llamadas agrupaciones de envases. Es decir, el plástico utilizado para presentar juntos determinados productos. La industria alimentaria y la distribución coinciden en que esto «facilita una mejor logística y comodidad para el cliente final por sus características de consumo». Por ello, y aunque resaltan el compromiso de toda la cadena por dar un mayor impulso a la economía circular, insisten en que «una de las funciones principales del envase es facilitar el transporte y manipulación en todas las fases de distribución». Las organizaciones empresariales que firman el comunicado reclaman que se priorice la viabilidad técnica en lugar de adoptar decisiones por una cuestión ideológica o política.

La asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc, la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab), las patronales de grandes superficies y supermercados, como Anged, Asedas o Aces, la patronal de las cadenas de restaurantes y las organizaciones agrarias explican que «una de las vías para lograr la circularidad de los envases es la reutilización, pero siempre teniendo en cuenta el ciclo de vida completo del envase, caso a caso y analizando las particularidades y naturaleza de cada sector».

Garantizar la calidad y el transporte

En este sentido, recuerdan que los envases cumplen una primera función de garantizar la seguridad de los productos, así como su calidad y transporte, que es imprescindible. «Por esta triple función, la cadena de valor del envase considera necesario que se tengan en cuenta, al menos, dos mecanismos de análisis antes de obligar a un sistema de reutilización de envases», aseguran.

El objetivo de la Comisión Europea es que en 2030 todos los envases sean reciclables y reciclados, pero el sector demanda que se tengan en cuenta exenciones y haya flexibilidad, teniendo en cuenta la diversidad de modelos de distribución que conviven en Europa y «las consecuencias a la implantación de sistemas de recogida y reutilización en cuestiones como la movilidad y contaminación urbana o el uso del agua». En su comunicado, las empresas insisten en que «desde España se debería tener en cuenta la importancia del transporte de los alimentos y otros productos sin elaborar, que también necesitan envases y que en muchas ocasiones no pueden ser reutilizables». Su idea es que, al menos, se analice su uso y se valore con criterios técnicos las excepciones de los envases de transprote.

El director general de Fiab, Mauricio García de Quevedo, y el director general de Asedas, Ignacio García Magarzo, han expresado en los últimas días su preocupación porque la presión medioambiental pueda volver a impulsar la inflación, después de que en los últimos meses se esté registrando una estabilización. «En su día dijimos que la inflación de los alimentos iba a llegar al 15% por la subida de los costes y así sucedió», recuerdan, pidiendo que se les escuche ahora.

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