La economía circular es una de las herramientas fundamentales para lograr la necesaria descarbonización que minimice la emisión de gases de efecto invernadero. Esta nueva forma de entender los procesos productivos persigue abandonar el modelo de la economía lineal, responsable de la generación de residuos en todas y cada una de las etapas, para implementar un sistema que permita reutilizar lo hasta ahora desechable y amplíe la vida útil de todo aquello que se produce.
La urgencia es máxima. Según las cifras de 2024 del Circularity Gap Report, elaborado por Deloitte y la Fundación Circle Economy, en los últimos seis años la población mundial ha consumido más de 500.000 millones de toneladas de materiales, casi tantas como todos los materiales que se consumieron en el siglo XX. A pesar del objetivo mundial común de cero emisiones netas, los países tendrán que encontrar sus propios caminos para alcanzarlo, y las rutas son muchas y variadas.
Por lo que respecta a España, el Pacto Verde Europeo marca la hoja de ruta a seguir en este tránsito hacia una economía descarbonizada y circular. «Podemos decir que desde 2022 las políticas europeas han marcado un claro cambio de paso respecto a la circularidad – explica Juan José Pernas, Profesor Titular de Derecho Administrativo de la Universidad de A Coruña y coordinador del Foro de Intercambio de Conocimiento sobre Residuos y Economía Circular (FIREC)-. En los años 70 se contaba con una política de residuos de carácter secundario centrada, sobre todo, en la última fase del producto. Desde hace dos años, se observa un cambio en la estrategia, que pretende ir al origen del problema, poniendo especial énfasis en el diseño sostenible y abarcando también a la fase final de consumo».
Pernas se refiere, sobre todo, a la presentación en 2022 de la Estrategia Productos Sostenibles por parte de la Comisión Europea, a través de la que se pusieron en marcha una batería de normas que introdujeron un importante hito: se dejaba de poner el foco en la corrección de un problema ya generado para pasar a una política económica-ambiental centrada en el uso racional de los recursos y apostando por una estrategia preventiva a través del ecodiseño. La propuesta de reglamento de productos sostenibles, la de productos de la construcción y la de productos textiles marcaron este decisivo paso adelante en materia de circularidad europea.
La foto fija
¿Cómo lo está haciendo España al respecto? Los resultados del Informe Cotec de Economía Circular 2023 revelan que, en 2021, el 8,9% de las necesidades totales de material en España fueron cubiertas por material recuperado. Esta cifra supone un ligero descenso desde el 10% que se llegó a registrar en 2019, lo que sitúa a España por detrás de países líderes en economía circular, como Alemania, Francia y Países Bajos; y, lo que es peor, lejos del objetivo del 23% establecido por el Plan de Acción de economía circular de la Unión Europea para 2030.
Si bien el informe destaca mejoras significativas desde la implementación de la Estrategia Nacional de Economía Circular en 2020, también señala el estancamiento de la transición circular en los últimos años. La buena noticia es que, a pesar de este estancamiento, España se encuentra entre los países líderes de la economía circular en la Unión Europea en la que se detectan dos claras velocidades en esta materia.
La tasa de reciclado en España es del 37%, lejos del reto del 55%
Uno de los desafíos más destacados para España es el que se refiere a la tasa de reciclado, que en 2021 fue del 37%, aún lejos del objetivo del 55% del reciclaje de residuos municipales generados para 2025. Esta cifra nos sigue situando por debajo de la media de la UE (49,6%) y lejos de países de referencia, como Alemania (71%) o Finlandia (58%). Respecto al depósito de residuos en vertedero, el porcentaje alcanzado por España en 2021 fue del 52%, dos puntos porcentuales menos que en 2019, pero sigue siendo una cifra alejada del objetivo fijado por la UE: no superar el 10% en 2035. Teniendo en cuenta que el 80% del impacto ambiental de los productos viene determinado por su fase de diseño, es lógica la importancia del ecodiseño dentro de la estrategia de circularidad. Decisiones como la selección de materiales, la eficiencia energética, la facilidad de desmontaje y la capacidad de reciclaje pueden marcar la diferencia entre un producto verdaderamente sostenible y uno que contribuya a agravar la contaminación medioambiental.
«Las estrategias de ecodiseño no solo contemplan la estética y funcionalidad de un producto, sino que profundizan en su ciclo de vida completo, desde la extracción de materias primas hasta su disposición final. Al hacerlo, definen aspectos críticos como la duración prevista del producto, su consumo de materiales y energía, y su potencial de ser reciclado o reutilizado», explican desde Ecovidrio, asociación encargada de la gestión del reciclado de los residuos de envases de vidrio en toda España.
Creada en 1998 al amparo de la Ley de Envases, Ecovidrio ha logrado que en España se reciclen 7 de cada 10 envases de vidrio y es especialmente activa en materia de ecodiseño por sus grandes ventajas:
• Minimización de desperdicios: el ecodiseño realiza un análisis crítico de los elementos que conforman el envase para eliminar aquellos que resultan innecesarios, disminuyendo así el volumen de residuos asociados a cada producto.
• Optimización de recursos: las estrategias de ecodiseño se focalizan en mejorar el comportamiento del envase al final de su vida útil, facilitando su correcto reciclaje y permitiendo su reaprovechamiento como materia prima secundaria.
• Eficiencia en el diseño: se busca aligerar el peso de botellas de vidrio y otros elementos del envase, redefiniendo su diseño. Una estrategia adicional es optimizar la forma de los envases para que puedan albergar la máxima cantidad de producto posible, evitando así el desperdicio de espacio o de materiales.
• Innovación y competitividad: Al fomentar la creación de productos más sostenibles y atractivos, las estrategias de ecodiseño impulsan la innovación. Esto, a su vez, ofrece a las empresas una ventaja competitiva crucial en la búsqueda de un rendimiento económico responsable.
El salto adelante De las 3R a las 7R
La economía circular propone pasar de las tradicionales 3R (Reducir, Reutilizar y Reciclar) a un nuevo concepto con más variables:
-Rediseñar: diseñar los productos teniendo en cuenta al medio ambiente, es decir, con criterios de ecodiseño.
-Reducir: minimizar la cantidad de productos que consumimos, reduce los residuos que generamos.
-Reutilizar: para alargar la vida útil de los productos, ya sea usándolos de nuevo o dándoles nuevas vidas.
-Reparar: tendemos a comprar un producto nuevo cuando el que tenemos se ha estropeado. Cambiar esa forma de actuar hace que gane nuestro bolsillo y el medio ambiente.
-Renovar: actualizar objetos antiguos para que puedan volver servir para aquello para lo que fueron creados.
-Recuperar: reintroducir materiales que ya han sido usados dentro del proceso productivo.
-Reciclar: reintroducir residuos que ya han sido usados en los procesos de producción de manera que sirvan como materia prima para productos nuevos.
Con estas premisas, Ecovidrio ha tomado la iniciativa de publicar guías específicas destinadas a sectores clave como son el de la cerveza, el vino, las bebidas espirituosas y la perfumería y cosmética para que las empresas productoras puedan aplicar estrategias de diseño sostenible en los envases con los que ponen sus productos en el mercado.
Si Ecovidrio trabaja con los residuos que van al contenedor verde, Ecoembes es la entidad que gestiona el reciclaje de envases domésticos de plástico, metal, brik, madera, papel y cartón en España. Según sus cifras, cada español genera al año una media de 460 kg de residuos urbanos, es decir, seis veces más que su peso medio, por lo que consideran urgente apostar por la circularidad y, en especial, desde las fases de inicio. Dentro del área de ecodiseño de Ecoembes, esta entidad ha creado TheCircularLab, una plataforma de innovación que investiga acerca decómo serán los envases del futuro, con la vista puesta siempre en reducir su huella ambiental y hacerlos lo más sostenibles posibles.
El futuro de la circularidad pasa, para los expertos de Cotec por tres premisas: el plano legislativo, el de la fiscalidad y el de la formación. La legislación es vital para crear un marco de referencia, pero también lo son los mecanismos de coordinación y participación. Para trasladar al tejido social y empresarial la importancia de la circularidad, la política fiscal es una de las herramientas más potentes: Cotec propone una reforma y definición de impuestos e incentivos combinados que ayuden a reducir el gasto material y energético e incentiven la adopción de prácticas orientadas a la eficiencia y sostenibilidad tanto de la producción como del consumo.
Por último, los expertos coinciden en señalar la importancia de la formación, que ya está siendo crucial para abordar otros cambios de paradigma, como el de la digitalización. «Este factor exige una visión a largo plazo que aborde todos los niveles educativos, desde la educación en consumo responsable y reutilización entre los más pequeños, a la adaptación de la formación profesional y la educación superior para formar trabajadores que den soporte a la creación de nuevos modelos de negocios, al desarrollo y al uso de nuevas tecnologías», afirman desde Cotec.
Pulsa aqui para ampliar la noticia