Recordemos el Protocolo de Kioto (1997), la Conferencia Mundial de La Haya (2000), Copenhague (2009), Cancún (2010), Río + 20 (2012), las COP de la Biodiversidad y los sucesivos eventos de esta índole. Las cumbres relacionadas con el Medio Ambiente se multiplicaron los últimos años, con el fin de poner el desarrollo sostenible en los titulares y las agendas políticas.
Entre las conclusiones de todas estas cumbres medioambientales figura la sugerencia de que los países participantes pongan especial énfasis en la Formación Ambiental a todo nivel. Con el fin de dar una base sólida a las futuras generaciones. Y de tener profesionales especializados que puedan gestionar la problemática medioambiental de forma sostenible y efectiva.
La educación ambiental: un sector vital
La Educación Ambiental es vital por dos buenas razones. La necesidad de preservar el Medio Ambiente y de promover un desarrollo sostenible. Estos deben ser temas de ineludible prioridad para las Instituciones privadas y públicas, las empresas, los gobiernos y los ciudadanos.
El aire, el agua, los alimentos, la tierra, el clima y los recursos en general se están viendo gravemente afectados por la contaminación. Que también tiene efectos adversos en el ser humano, al ser fuente de multitud de enfermedades.
Por todas estas razones, es importante que los estados, las organizaciones y los habitantes de cada país, tomen las medidas necesarias para controlar este factor. Con el fin de proteger a la población. Y para ello se necesitan profesionales, técnicos y especialistas en temas medioambientales. Es decir, que tengan un excelente nivel de educación ambiental.
De este modo, el sector de la Educación Ambiental ha crecido considerablemente en los últimos años. Y se espera que lo siga haciendo aún más en las próximas décadas. Porque se ha convertido en una verdadera necesidad. De hecho, ante la necesidad de expansión de este sector nació la Declaración de Tbilsi.
Las empresas, asociaciones, autoridades locales y regionales, organizaciones internacionales, ofrecen una amplia gama de puestos de trabajo relacionados con el medio ambiente y con el desarrollo sostenible. Y muchas de ellas se ocupan de que su propio personal se actualice en estos temas y reciba una educación ambiental específica y adaptada a las necesidades de cada organización.
Hoy en día, ya se trate de las autoridades locales, consultores o empresas privadas, los reclutadores de personal están buscando ávidamente profesionales del ámbito del Medio Ambiente. Que puedan aportar experiencia y conocimientos y tengan habilidades técnicas muy específicas. Y que cuenten con una importante capacidad de gestión.
Educación Ambiental: la base del “empleo verde”
Hoy en día se le llama “empleo verde” (en el sector público y el privado) a todo aquel que se relacione con la prevención, gestión, recuperación, planificación y educación ambiental. Ya sea a nivel urbano, como en Parques Nacionales, espacios protegidos o lugares donde peligra la biodiversidad.
Los empleos verdes son puestos de trabajo que ayudan a mejorar el Medio Ambiente. Y a reducir el impacto destructivo que el hombre viene ejerciendo desde hace décadas sobre nuestro planeta, de las más diversas formas.
A día de hoy, el gobierno central, los autonómicos y las empresas de todo el país tienen la necesidad de invertir en la llamada construcción verde. Esto incluye desde infraestructuras relacionadas con las energías renovables (aerogeneradores, panales solares) hasta grandes edificios amigables con el Medio Ambiente.
Pero también es muy importante la transformación de edificios existentes para que sean más ecológicos. Mediante la mejora o sustitución de ventanas, sistemas eléctricos y electrónicos, de ventilación y calefacción, fontanería, etc. Por todo ello, la educación ambiental juega un rol cada vez más relevante, a nivel local, nacional e internacional.
En los sectores empresariales y gubernamentales es necesario tener personal adecuado y especializado en la gestión de residuos. También en los tratamientos de efluentes, en el cuidado y mantenimiento de bosques y parques. Además de en el reciclaje y reutilización de los materiales y en la enseñanza de todos estos conocimientos.
De igual modo, cada empleado puede lograr una mejora considerable a nivel medioambiental. Para ello existen infinidad de oportunidades de Formación Ambiental. Todas ellas orientadas a ser eco amigable con el entorno, con la tarea que se cumple y con sus semejantes.
La Educación Ambiental con vistas a un futuro verde
La idea de una gran fuerza de trabajo en “verde” requiere que los profesionales posean una serie de conocimientos y habilidades que los califiquen para ello. La Educación Ambiental es diferente para cada puesto laboral.
Fundamentalmente, un profesional experto en Educación Ambiental, tendrá importantes conocimientos de la naturaleza y una comprensión idónea de las técnicas para reducir la contaminación. Además de la capacidad para implementar y mantener prácticas de conservación a corto, mediano y largo plazo.
Estos conocimientos son comunes a todas las disciplinas que se agrupan bajo el lema Educación Ambiental. Luego existen las especializaciones, que dependerán del sector elegido por el estudiante. Y que requerirán una profundización y un estudio pormenorizado de determinados temas.
Lo que es innegable es que la Educación Ambiental hoy en día no es solamente una opción más de estudio. Si no un campo de trabajo real. Donde ya existe una necesidad de profesionales y técnicos que ayuden a empresas y gobiernos a tomar medidas para solucionar los enormes problemas a los que la crisis medioambiental les expone cada día.
Es por ello que estudiar Educación Ambiental no solo brinda la posibilidad de ser parte del gran cambio hacia la sostenibilidad. Si no que resulta indispensable para acceder a un sector del mercado laboral que crece. Y que se expande a pasos agigantados, en nuestro país y en el mundo entero.
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