¿Qué podemos aprender de De Clique?

Factores fundamentales para tener éxito

De Clique fue fundada por un experimentado equipo empresarial, que incluía a los fundadores de la fábrica Binbang, Fairphone, Fietskoeriers y Fungi Factory, cuyas habilidades se complementaban entre sí.

Comenzaron desarrollando un caso de negocio sólido y un plan financiero: el equipo quería asegurarse de que su modelo de negocio fuera escalable, para poder aplicarlo a otras ciudades de todo el mundo. Para evitar escalar una empresa deficitaria, se centraron en las ventas y las operaciones, en lugar de la creación de marca. Adoptaron un enfoque basado en datos para medir el impacto ambiental de los nuevos productos que fabrican.

Crecer orgánicamente con el tiempo

En enero de 2020, De Clique estaba recolectando y procesando alrededor de 10 toneladas de residuos orgánicos por mes, en “The Hub” en Utrecht. La organización está en expansión, abriendo nuevos “Polos” en Rotterdam, Ámsterdam y Lovaina en Bélgica mientras explora otras ubicaciones. A finales de 2021, esperan recolectar y valorizar 100 toneladas de residuos orgánicos por mes, en cada uno de los varios “Polos”.

Superar desafíos

A veces, las regulaciones han obstaculizado la capacidad de De Clique para usar los residuos de manera innovadora. El cofundador Bas van Abel tiene este consejo para los futuros emprendedores: “No entres en el cambio del sistema si no te gusta el desafío de superar regulaciones a veces ilógicas.”

Los desafíos al modelo de De Clique incluyeron regulaciones locales que limitaban la cantidad de lombrices que podían usar para el compostaje y una prohibición inicial de cosméticos hechos de cáscaras de naranja de residuo. Pequeños innovadores como De Clique también requieren los mismos permisos que las grandes multinacionales, cuyo costo es una barrera significativa.

Cómo se podría replicar el modelo en otros lugares

Para establecer un modelo como el de De Clique, empresas similares necesitarían:

  • un ambiente regulatorio que apoye la innovación;

  • la voluntad de trabajar con los reguladores y los responsables políticos para fomentar la comprensión y reducir las barreras innecesarias;

  • actores del sistema alimentario que estén dispuestos a educarse sobre los residuos y separar los flujos de desperdicios para que puedan mantenerse puros de manera que los innovadores los usen;

  • una red de empresarios dispuestos que pueden utilizar flujos de residuos para producir nuevos productos;

  • una infraestructura para recolectar y almacenar residuos antes de su uso.


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