La humanidad tiene frente a sí una grave crisis a la que debe poner solución antes de que sea demasiado tarde. La falta de recursos naturales o, mejor dicho, la velocidad en la que el Ser Humano los consume antes de que puedan regenerarse supone ya un grave problema para nuestra existencia.
La humanidad tiene en frente una grave crisis a la que debe poner solución antes de que sea demasiado tarde. La falta de recursos naturales o, mejor dicho, la velocidad a la que el ser humano los consume antes de que puedan regenerarse, supone ya un importante problema para nuestra existencia.
Desde el punto de vista económico, esto afecta a todos los actores del proceso productivo. Por un lado, los consumidores están cambiando su forma de comprar y obtener productos, buscando ahora aquellos más sensibilizados con el medio ambiente y la sostenibilidad. Por otra parte, las empresas y países tienen que producir más con menos. En consecuencia, parece que el desarrollo hacia una economía circular se convierte en la posible respuesta al problema. Esto implica apostar por la innovación y hacer los procesos productivos más eficientes. No obstante, el desafío reside en cómo integrar este modelo circular en todas las operaciones, que incluyen áreas tan diversas como el transporte, la producción o la propia venta.
La sostenibilidad es el valor
Con este telón de fondo, se celebró la jornada «Circularidad y modelos de negocio», organizada por elEconomista.es en colaboración con Siemens. En él participaron representantes de diferentes empresas, todas ellas concienciadas con la necesidad de cambiar la forma en la que se producen y consumen productos y servicios. Así, Agustín Escobar, CEO de Siemens España; Roberto García, CEO de Redeia; Eva Maneiro, CEO de Hydnum Steel; y Daniel de la Torre, director de Negocio de Circular Replay, expusieron la forma en la que integran principios circulares y de eficiencia en el ciclo de vida de un producto, en sus operaciones y, en definitiva, en su modelo de negocio.
«Estamos viendo las consecuencias del cambio climático. Consumimos más recursos de los que tenemos«, afirmó tajante el representante de Siemens. «Actuar frente a esto tiene muchos beneficios porque, además de impactar en el calentamiento global, tiene efectos positivos en la economía», subrayó Agustín Escobar.
Para el directivo, «debe haber una unión del sector público y el privado, así como de la sociedad para dar los pasos necesarios en el proceso de descarbonización». Cabe recordar que según el Acuerdo de París al que se suscribió España, se debe lograr la neutralidad climática no más tarde de 2050. Para ello, nuestro país deberá reducir las emisiones de CO2 en 334 millones de toneladas, las que fueron emitidas en 2018, a un máximo de 29 para 2050, es decir, en menos de 30 años.
En este sentido, el CEO de Redeia hizo alusión a la importancia de centrarse a nivel corporativo no solo en lo económico, sino en la generación de valor. «Una parte complementa a la otra. Ser sostenible es ahora un requerimiento», señaló García. Bajo su punto de vista, «bajar a la tierra» todas las ideas sobre este asunto pasa por «transmitir esa filosofía a proveedores, clientes…«. Por eso, en Redeia han optado desde hace años por inculcar esta filosofía sostenible en el comité directivo. «Todo el equipo directivo tiene un porcentaje de sus tareas vinculado a objetivos concretos de sostenibilidad», explicó.
Por otro lado, las empresas siderúrgicas son siempre las grandes señaladas cuando se habla de contaminación. No en vano son responsables de casi el 30% de emisiones de CO2 que genera la actividad industrial en el mundo. En palabras de la CEO de Hydnum, «solo una planta contamina como todos los coches de Madrid». Es por eso que Eva Maneiro quiso recalcar la aparición cada vez más habitual de empresas nativas sostenibles, entre las que se incluye Hydnum Steel. La compañía apuesta desde un principio por la reutilización de recursos naturales, base de la economía circular. «Vamos a ser la primera planta siderúrgica de acero verde. No utilizamos energías fósiles. Además, toda el agua que captamos va a ser reutilizada», destacó Maneiro en su intervención.
El objetivo en todos los casos es lograr una mayor sostenibilidad y favorecer una economía más respetuosa con el entorno. En este proceso de transformación, del actual sistema lineal a uno circular, es necesaria la participación de todas las áreas que configuran la empresa. Sobre este eje lleva tiempo trabajando la Corporación Mondragón, dentro de su estrategia de sostenibilidad, «en las actividades de la Corporación y de las 81 cooperativas que forman parte del grupo», afirmó Daniel de la Torre, un proyecto destinado a aportar soluciones tecnológicas para lograr la transformación circular de la industria. «Tenemos en cuenta los ejes de movilidad sostenible y la descarbonización. Pero estas maneras de actuar hay que trasladarlas a las diferentes partes de esta estructura».
Apuesta por la regionalización
En esta ecuación tiene un gran peso la cadena de suministros, que se ha visto afectada en los últimos años por diversos motivos, como la Guerra de Ucrania o el atasco en marzo de 2021 de un barco portacontenedores de la compañía Evergreen, que detuvo el comercio internacional durante casi una semana. No obstante, el hecho más significativo a este respecto ha sido, sin duda, la pandemia por Covid-19, que paralizó el mundo durante meses.
En este período, según datos de Ernst & Young, el 97% de las empresas de productos industriales se vieron afectadas muy negativamente. Como consecuencia, se pudo apreciar una carencia grande en España: la dependencia de terceros. Por esto, las empresas apostaron por modificar sus estrategias y aumentar la inversión en tecnologías, tales como la Inteligencia Artificial o la automatización de procesos robóticos. Pero también coinciden en que es necesario, y posible, contar con una industria nacional desarrollada, que no dependa de fuera en casos como los mencionados.
Ante este contexto de incertidumbre y continuos cambios, las empresas tuvieron que idear distintas formas para defenderse. El mayor problema heredado de esto fue la situación de inflación que está afectando gravemente a los precios de todas las cosas.
En el caso de Siemens España, Escobar destaca la forma en la que «han sido capaces de buscar alternativas y soluciones». Una de estas soluciones pasó por la digitalización interna, «así tuvimos transparencia en tiempo real de cada producto que necesitábamos y adaptamos nuestros sistemas productivos para garantizar que no se parase una fábrica, lo que a su vez nos permitió anticiparnos a las necesidades del cliente y conocer las necesidades futuras y la realidad de nuestra cadena de suministros».
No obstante, el CEO de la compañía alemana resaltó que «la tecnología permite fabricar de forma competitiva y muy cerca a zonas de consumo». Actualmente, la industria española supone apenas un 16% del PIB, cuando en 1975 era el 30%. Este fuerte descenso se debe, entre otras cosas, al desplazamiento de empresas desde Europa a Asia, la externalización de servicios de las empresas industriales y a la apuesta de los diferentes gobiernos por fomentar el sector servicios.
Para Escobar, existe la «obligación de revertir la tendencia de los últimos años de reducción del tejido industrial». «Hay que dotar a las empresas de eficiencia para que sean competitivas», continuó. El gran beneficiado de esta inversión es la propia economía del país. «Esto generará un nuevo tejido, más empleo y servirá como ejemplo para la región», concluyó el CEO.
García valoró la hoja de ruta iniciada por Redeia. «Lo que hacemos con los proveedores es estrechar relaciones a largo plazo y adaptar nuestros requerimientos para ser más flexibles». El objetivo que persiguen es «proteger el mercado proveedor y asegurar y facilitar el acceso de pequeñas compañías».
La respuesta de Hydnum fue también concisa al respecto: hay que potenciar la industria en nuestro país. La regionalización, en palabras de Maneiro, y en línea con lo aportado por el representante de Siemens España, «aporta beneficios, entre ellos, devolver la competitividad a nuestra industria y lograr que vuelva el talento que ha emigrado». Para la directiva de la compañía productora de acero, «la globalización ya ha terminado».
En consenso con el resto, De la Torre se mostró a favor de volver a trabajar con colaboradores locales. «Las compras de suministros deben de hacerse en cada mercado con proveedores suficientes y locales que minimicen los riesgos de abastecimiento», afirmó. Con esta propuesta, se permite ajustar la demanda a la producción real, lo que, a su vez, permite trabajar de manera más estable. «Se evita generación de residuos e ineficiencias», explicó. A esto, contribuye tener un buen proceso de digitalización, fundamental en cualquier negocio ya que «debe haber una buena integración entre los sistemas informáticos del industrial y su cadena de suministro».
Fomentar las renovables
España fue el primer país del mundo, en el año 2005, en requerir la instalación de placas solares en edificios nuevos y el segundo del mundo en requerir la instalación de sistemas de agua caliente solar, lo que habla del interés de nuestro país por las renovables.
El mercado energético lleva un tiempo viviendo momentos de incertidumbre, provocado por el agotamiento de reservas, la alta dependencia de la población y la contaminación. Es el momento de apostar por las energías renovables. Así lo pusieron en común los participantes de esta jornada.
Agustín Escobar cree que España debe aprovechar su posición como el país de Europa con más recursos renovables. «Podemos conseguir los costes más competitivos«, dijo al respecto.
Desde Redeia pusieron en valor que «España tiene un sistema eléctrico robusto, con un sistema puntero y proveedores de primer nivel». En visión de García, esto permite generar un entorno competitivo para la industria española.
La tecnología es la herramienta necesaria a la hora de producir más, pero consumiendo menos y teniendo en cuenta el impacto ambiental. La tecnología permitirá recuperar la industria en Europa, que durante años ha trasladado sus fabricas fuera. «El problema es que se intenta conseguir que España sea limpia, cuando el problema es global», explican desde Hydnum. Ahí está el problema, según Maneiro. «No se ha invertido. Con la tecnología actual emitiríamos un 90% menos y tendríamos una industria competitiva», subraya su responsable.
El acero, uno de los materiales más utilizados en la fabricación de vehículos, maquinaria y construcción es a su vez uno de los materiales más reciclables. De hecho, lo es al 100%. Esto quiere decir que tras el proceso de reciclado se obtiene el mismo material y con la misma calidad. Así infinitamente. De esta forma, compañías como Hydnum tienen la capacidad de iniciar su negocio siendo totalmente respetuosos con el entorno.
Por otro lado, la Unión Europea pretende ir más allá en el control sostenible de los productos. Por eso, la UE quiere introducir unos estándares mínimos para casi todos los productos que entren en su mercado, especialmente, los que provengan de fuera, asegurándose así que son sostenibles, duraderos y ecológicos. Para asegurarse de que los productos cumplen esta nueva normativa deberán ir acompañados de un pasaporte digital que proporcione información sobre el rendimiento, la trazabilidad y materiales empleados en su fabricación que puedan ser nocivos para el entorno.
Una propuesta que De la Torre aplaude, porque «este pasaporte facilita conocer no sólo los datos técnicos del producto, sino también cuán sostenible es y su huella de carbono». Según el directivo, «se podrá ver así que la producción local es seguramente incluso más competitiva y sostenible que en países terceros».
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