Somos una sociedad generadora de residuos. Tan solo en la Unión Europea generamos más de 2.200 millones de toneladas de residuos al año, según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente. Al ritmo al que avanzamos como sociedad, consumiendo y explotando recursos, se estima que serían necesarios los recursos de tres planetas para poder mantener nuestro nivel actual de consumo en 2050.
Para tratar de reducir el impacto medioambiental de estos residuos generados por los países miembros, la UE ha impulsado en los últimos años una nueva estrategia sostenible, apoyada en medidas y normativas, para promover modelos sostenibles que ayuden a reducir las emisiones de CO2. La economía circular es una de las grandes bazas para lograrlo, al mismo tiempo que se genera crecimiento económico y se crea empleo.
Este tipo de modelo económico busca extender la vida de los productos mediante el reciclaje, reutilización o reparación de materiales y productos ya existentes. Para impulsar este tipo de economía, la UE propuso en 2020 un Plan de Acción de la Economía Circular que permitirá frenar la escasez de materias primas, mejorar la disponibilidad de recursos y reducir los costes generados por la necesidad de exportarlas del extranjero. De hecho, la Unión Europea tuvo un déficit comercial en 2021 de 35.500 millones de euros.
En el caso concreto de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) son uno de los flujos de desechos que más rápido están creciendo. Según el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, se generan cerca de 50 millones de toneladas de desechos electrónicas al año y se recicla menos del 40% de los mismos. Desde 2019, de acuerdo a la directiva 2012/19/UE del Parlamento Europeo se establece un nuevo índice mínimo de recogida que alcanza el 85% de los RAEE generados por las empresas de cada estado, frente al 60% que solía ser habitual. Estos nuevos límites y objetivos se han convertido en un obstáculo para muchas empresas que ven necesarios unos esfuerzos mayores, pero también en una oportunidad de especialización para el negocio de la gestión de residuos.
Ante esté crecimiento que está experimentando el sector, los controles de procesos son cada vez más exhaustivos en España, se establece, por ejemplo, un sistema de registro para gestores de RAEE que facilita la trazabilidad. De esta forma, la legislación legitima y asienta el modelo de empresas gestoras de RAEE. Sin embargo, continúa siendo necesario un control más exhaustivo debido a que todavía ciertas fracciones no cumplen con los requisitos mínimos exigidos, no cuentan con las autorizaciones o certificaciones necesarias para ello.
Ante esta situación, las empresas especializadas con un sistema de gestión certificado que garantiza los procedimientos de reciclaje se han convertido en una solución para cumplir con ese porcentaje de reciclaje que exigen las nuevas normativas y de las exigencias de una sociedad cada más concienciada con una actividad empresarial más sostenible y respetuosa con el medioambiente.
A través de la economía circular se promueve el uso de los recursos procedentes de elementos al final de su vida útil y se recupera su presencia en la cadena de producción. De esta manera, no solo se genera riqueza, sino que, además, se contribuye a la conservación del entorno natural.
Este giro de las instituciones hacia una economía más circular podría aumentar la competitividad empresarial, impulsar la innovación, el crecimiento económico y crear empleo. Según estimaciones recogidas en la Resolución del Parlamento Europeo, de 10 de febrero de 2021 este tipo de economía podría tener el potencial de aumentar el PIB de la UE en un 0,5 % adicional y de crear más de 700.000 nuevos puestos de trabajo para 2030. En España, el sector de los residuos ya es el mayor generador de empleo verde y representa el 27% del total del empleo verde en nuestro país, según los datos de la Subdirección General de Prospectiva y Análisis del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Apostar por la economía circular y por exprimir al máximo la vida útil de los recursos es por tanto el camino a seguir, no solo para preservar el medio ambiente, sino también por su contribución a la modernización de nuestra economía. España tiene una capacidad de reciclabilidad superior a lo que marca la normativa y debemos aprovechar la oportunidad que esto nos brinda y convertirnos en un país referente.
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