El proyecto IRODDI (Innovative Refining process for valorization of vegetable Oil Deodorizer DIstillates) financiado por el Consorcio Europeo BBI JU ha culminado con éxito su misión de demostrar que los subproductos orgánicos derivados del refinado de aceites y grasas vegetales son una fuente valiosa de recursos para la obtención de bioproductos de alto valor, trascendiendo su uso tradicional como biocombustibles. Este logro marca un hito en la aplicación de la bioeconomía y la circularidad en el entorno industrial, beneficiando tanto a las industrias como a la sociedad en general.

IRODDI está integrado por 11 socios de cuatro países. Por España participan la Fundación Tecnalia Research & Innovation (coordinador del proyecto y líder en la aplicación de productos), BIOPLAT (responsable de la comunicación y diseminación del proyecto), Instituto de la Grasa – CSIC (extracción de compuestos de alto valor), Kliner Profesional (neutralización de tensoactivos por ácidos grasos libres (AGLs)) y Sophim Iberia (proovedor de materias primas con AGLs de diferente composición).

Por los Países Bajos FeyeCon (aplicación de tecnología de fraccionamiento de CO2 para la extracción de AGLs y obtención de compuestos valiosos como el escualeno y tocoferoles) y Zer0-E (simulación de procesos, análisis del ciclo de vida y análisis de costes).

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Por Alemania integran el consorcio Fraunhofer (desarrollo de un proceso de neutralización enzimática para destilados desodorantes), IoLiTec (diseño y producción de líquidos iónicos (ILs) ecológicos para su uso como reactivos en procesos de neutralización de AGL) y Jowat (aplicación de polioles grasos desarrollados a partir de AGLs en adhesivos de poliuretano), de Alemania; y por parte de Francia, Sophim (incorporación de escualeno aislado por FEY en aplicaciones cosméticas).

El proyecto IRODDI, que se llevó a cabo a lo largo de 36 meses con un equipo multidisciplinario, ha transformado residuos de bajo valor en productos químicos de aplicación comercial directa. Algunos de los logros destacados son:

  • Detergentes Biodegradables Avanzados: Mediante la combinación con líquidos iónicos de origen biológico, los destilados de desodorización se han convertido en ingredientes fundamentales para detergentes fácilmente biodegradables. Estos detergentes son más amigables con el medio ambiente y hasta más eficaces y menos tóxicos que sus contrapartes derivadas del petróleo. Además, las tecnologías empleadas en su producción son ecológicas, generando solo agua como residuo.
  • Biolubricantes Biodegradables: Utilizando tecnologías enzimáticas altamente selectivas que no generan residuos, se ha logrado convertir los destilados de desodorización en ingredientes para biolubricantes biodegradables. Estos lubricantes contaminan mucho menos que los utilizados comercialmente en la actualidad, lo que contribuye a una reducción significativa de la huella ambiental.
  • Moléculas de Alto Valor en Cosmética: Se han desarrollado procesos verdes para extraer moléculas de alto valor, como el escualeno, presente en los destilados de desodorización. Estas moléculas se aplican con éxito en la industria cosmética, dando lugar a productos de alta calidad.

El consorcio del proyecto IRODDI, compuesto por socios de varios países europeos, ha demostrado con éxito cómo la bioeconomía y la circularidad pueden gestionar de manera sostenible los recursos naturales, reducir la dependencia de recursos no renovables y fortalecer la competitividad comercial de la Unión Europea. Esto no solo contribuye a la mitigación del cambio climático, sino que también sienta un precedente en la aplicación de los principios de la economía circular en un proceso industrial real.

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El vídeo final producido por el proyecto, titulado «Logros e Impactos», resume de manera clara y concisa los resultados alcanzados, destacando la iniciativa pionera de IRODDI en la aplicación de la economía circular. Este proyecto sirve como inspiración para futuras ideas de desarrollo orientadas a aprovechar los recursos de manera sostenible y maximizar su beneficio.

El éxito de IRODDI es un testimonio de cómo la innovación y la colaboración pueden llevar a la transformación de residuos en valiosos bioproductos, allanando el camino hacia un futuro más sostenible en la industria de la bioeconomía.


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