La energía que nos mueve
Por EC Brands
La cooperativa gallega Mulleres Colleiteiras recoge aceite de cocina usado y lo trata para que, posteriormente, empresas como Repsol puedan convertirlo en combustible renovable apto para los vehículos.
“El aceite ha cambiado mi vida”. La frase, sin contexto, quizá pueda parecer exagerada, pero en absoluto lo es: a Sofía Vázquez, efectivamente, el aceite le ha cambiado la vida.
Sofía abandonó pronto sus estudios. Además, “fui madre muy joven, con 23; y con 36 decidí divorciarme”. Fue entonces cuando empezó un camino complicado para ella: “Tuve que pluriemplearme, porque los empleos que tenía no me permitían pagar un alquiler y llevar una vida con mi hija”. Su vida cambió el día que entró en Mulleres Colleiteiras, una cooperativa social formada por mujeres en situación de exclusión social que se encargan de recolectar aceite doméstico usado para proporcionarle una segunda vida. Todo ello con tres objetivos principales: promover la inserción laboral de estas mujeres, darles un autoempleo rentable y sostenible y aprovechar el aceite usado para darle nuevos usos. “Mulleres Colleiteiras me ha dado una estabilidad laboral y económica, tiempo de formación para mí y tiempo de calidad con mi hija”, nos cuenta Sofía. “Ahora mismo somos referentes para muchas otras mujeres de todo el mundo”.
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Mulleres Colleiteiras me ha dado una estabilidad laboral y económica y tiempo de calidad con mi hija. Somos referentes para muchas otras mujeres de todo el mundo
Parte del día a día de Sofía transcurre en las estaciones de servicio de Repsol en Galicia, ya que la cooperativa ha cerrado un acuerdo con la compañía para recoger aceite usado en dichas estaciones y tratarlo para eliminar las impurezas. Una vez tratado, lo entregan a Repsol, que lo convierte en combustible renovable para vehículos.
«Con esta iniciativa tratamos de impulsar el reciclaje del aceite de cocina usado», añade José Manuel de Pedre, jefe de zona de Repsol en A Coruña, «poniendo 187 puntos de recogida en nuestras estaciones de servicio a disposición de los ciudadanos, que pueden entregar el aceite en bidones de entre uno y cinco litros». Actualmente, “los combustibles que utilizamos ya llevan más de un 10% de combustible renovable” por legislación europea. En 2026, deberá llevar un mínimo del 12% e irá subiendo de acuerdo a lo que marca la ley. En España, se ha tomado la delantera y ya hay estaciones de servicio de Repsol que suministran un 100% de combustible renovable, como la del municipio coruñés de Coirós. En toda la Península Ibérica, la compañía cuenta con 196 estaciones que surten combustible 100% renovable. El objetivo es llegar a 600 a finales de este año y a 1.900 en 2027.
Combustibles renovables: un impulso para el empleo
El uso de combustibles renovables tiene, de entrada, dos ventajas claras. En primer lugar, fomenta la economía circular, ya que recurre a residuos (aceites de cocina, purines de ganado, cáscaras de plátano, pasta de papel…) para generar nuevos combustibles aptos para los vehículos actuales.
Optar por combustibles renovables también supone aumentar la independencia energética de nuestro país, al prescindir paulatinamente de combustibles o fuentes energéticas externas. Todo ello, además, acaba constituyendo un nuevo foco de creación de empleo, ya que los combustibles renovables están generando nuevos puestos de trabajo, tanto en su producción como en la obtención de las materias primas necesarias para su fabricación.
Y ese es precisamente el caso de Sofía Vázquez y sus compañeras de Mulleres Colleiteiras, un grupo de mujeres que, partiendo de un contexto de vulnerabilidad, decidieron tomar las riendas de su futuro laboral y labrarse su propia trayectoria.
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