Tras un viaje al supermercado, cualquier persona acabará volviendo a casa con unos cuantos envases. También se enfrentará a ellos si necesita productos de perfumería o si se va a ver una película al cine y se compra algún menú con sus refrescos. Los envases forman parte del día a día, son necesarios para poder distribuir muchos productos y son, en paralelo, un problema medioambiental, porque después de su uso requieren de un reciclado específico y selectivo para que no acaben en la basura. Sin embargo, tanto las normativas que obligan a ser más verdes como las propias estrategias de las corporaciones -que buscan reducir el gasto y su huella- están empujando a los envases a una reinvención. La ley ya apunta que el peso de los envases tendrá que ser en 2025 un 13% menor que el que tenían en 2010 o que deberán ser reciclables por completo para 2030. Las normativas europeas obligan igualmente a incorporar materiales reciclados, como plásticos, en su fabricación. Desde Ecoembes recuerdan, al hilo de la Semana Europea de Prevención de Residuos, que el objetivo prioritario es, justamente, alcanzar una circularidad plena de los envases. En resumidas cuentas, que de ser un residuo se vuelvan a reintegrar tras el uso en el ciclo de vida de los productos. «Si bien el camino hacia la reducción y la reutilización es un reto, los esfuerzos de las empresas están marcando la diferencia», apunta Begoña de Benito, directora de Relaciones Externas de Ecoembes. «Con este impulso, no solo estamos cumpliendo con la normativa vigente, sino que estamos avanzando hacia un futuro más circular», defiende. Ahí es donde entra en juego el ecodiseño . Detrás de esta etiqueta está la idea de que el envase puede ser ya más sostenible desde su propio nacimiento. Lo importante no es solo el reciclaje, sino también los materiales o los recursos que se usan para crear esos envases o el impacto que tienen en el uso de los productos que protegen. Ver al envase de forma holística permite reducir desde el minuto cero su huella. Las compañías ya están aplicando ajustes para hacer que sus envases sean más sostenibles. En el último Plan Empresarial de Prevención y Ecodiseño 2021-23 de Ecoembes, las medidas de ecodiseño puestas en marcha han ahorrado unas 78.600 toneladas de materias primas y algo más de 1 millón de toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera. En agua, se evitó el uso de 18 millones de metros cúbicos. Ecoembes estima que en este período han sido mejorados 5.813 millones de unidades de envases gracias a la apuesta por el ecodiseño de 2.048 empresas. Son compañías de todos los tamaños, aunque destaca el papel de las pequeñas y medianas empresas. De hecho, el 62% de las participantes en el plan bianual fueron pymes. Pero ¿qué es lo que se está haciendo para mejorar la sostenibilidad de los envases? Según datos de la organización, lo más popular entre las empresas es centrarse en la reducción. El 68% de las medidas de ecodiseño que han implantado van en esa línea, bajando la cantidad de envase necesaria o aligerando el uso de tintas o materiales con mayor impacto medioambiental. A veces, un ajuste puede tener un efecto dominó que eleva la sostenibilidad. Por ejemplo, eliminar los vacíos permite aumentar la cantidad de producto o cambiar la boca del envase a la base mejora el aprovechamiento. Le sigue en popularidad el trabajo en áreas de reciclaje, en el que encajan el 29% de las medidas de ecodiseño puestas en marcha. Aquí entran desde usar materiales reciclados hasta cambiar los que se emplean para simplificar luego el reciclado o, si no es posible ser monomaterial, hacer que separarlos en casa para echarlos en contenedor correcto sea más fácil. «En la actualidad, el 96% de los envases de Nestlé España ya están diseñados para ser reciclados», asegura Jordi Aycart, director de seguridad, salud y sostenibilidad de Nestlé España. «Para ello, se han llevado a cabo diversas estrategias de ecodiseño, centradas en reducción de materiales usados y de la utilización de plástico virgen, el aumento de su reciclabilidad, el desarrollo de soluciones colaborativas de circularidad y el reúso de los envases», enumera. Se puede ver, por ejemplo, abriendo una de sus cajas de bombones y fijándose en los materiales usados. «Este cambio ha supuesto reducir en un 14% las emisiones de CO2 generadas», indica. Frente a estas áreas, la reutilización de envases sigue teniendo todavía un protagonismo limitado. Solo el 3% de las medidas de ecodiseño van a esa dirección, apostando por una mayor vida útil para los envases o por comercializar los productos en sistemas recargables. Es lo que hace, por ejemplo, L’Oréal. «Apostamos fuertemente por el formato ‘refill ‘y tenemos el objetivo de que en 2025 el 100% de nuestros envases de plástico sean rellenables, reutilizables, reciclables o compostables», apunta Delia García, directora de sostenibilidad e impacto positivo de L’Oréal Groupe en España y Portugal. La compañía ha creado su propia metodología de ecodiseño llamada SPOT, que, como explica su directiva, usa «14 factores para medir y mejorar el impacto medioambiental y social de nuestros productos». «Hoy más de 3 de cada 4 de nuestros envases de plástico PET ya provienen de fuentes recicladas y el 97% han sido concebidos desde el ecodiseño», señala.
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