Para la exploradora, defensora del medio ambiente y presidenta de la organización sin ánimo de lucro The Film Fellowship, Céline Cousteau, el cambio hacia un mundo más sostenible no sólo es posible sino que puede ser un impulsor de las economías. «Si el planeta está sano, también lo estarán sus empresas». La nieta del comandante Jacques Cousteau fue la encargada de inaugurar EXPANSIÓN GreenWorld, el gran evento de la sostenibilidad que reunirá a directivos de entidades financieras y de otros sectores como el transporte, la energía o las infraestructuras para abordar temas como la economía sostenible, la descarbonización o la economía circular. Un evento que, como aseguró la directora de EXPANSIÓN Ana I. Pereda, «nace con el objetivo de ser un punto de encuentro entre empresas y expertos, ya que las empresas son las líderes del cambio verde». Pereda destacó la apuesta del periódico por la sostenibilidad y añadió que «España necesita crecer, generar nuevas oportunidades de inversión, crear polos de talento y el marco adecuado es el crecimiento sostenible».

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Durante su intervención, Céline Cousteau destacó que el proceso hacia una economía más verde será largo, pero ya está en marcha. «Los gobiernos están viendo que es una necesidad y que nos va a permitir florecer en conjunto. Tenemos que pensar de manera creativa y ser conscientes de que no podemos adoptar grandes cambios solos» . Cousteau invitó a adoptar el concepto de regeneración en lugar de sostenibilidad, entendida como la idea de «restablecer la naturaliza a su estado inicial».

La exploradora quiso destacar el papel de España en la transformación verde y destacó su papel como líder en renovables así como otras iniciativas de diferente tamaño por parte de empresas. «Me gustaría pedir al mundo empresarial que integre también los ODS a nivel interno porque las empresas también están formadas por personas que dirigen esas empresas. Si cuidan a sus empleados y su bienestar, entonces las empresas van a florecer».

La nieta del oceanógrafo más famoso de la historia destacó el papel del océano como pieza clave para el cambio climático. Absorbe un tercio del carbono y los recursos marinos valen 2,5 billones de dólares por año, recordó. «Pero hace falta una mayor trazabilidad para poder rastrear los productos desde el mar hasta el consumo». Algo que en la tierra es más sencillo.

«La alta mar carece de gobernanza y no se puede controlar las practicas pesqueras. Las embarcaciones fantasmas están en alta mar y no hay visibilidad de las prácticas que se realizan», añadió. La buena noticia, añadió, es que el pasado junio miembros de la ONU firmaron el primer tratado para proteger la vida marina en alta mar, un acuerdo que ha llevado 20 años de debate. «Alta mar merece nuestra atención y aquí las empresas tiene papel clave para ubicar la trazabilidad».


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