El Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) ha publicado este mes de enero su informe anual sobre los Riesgos Globales: el Global Risk Report 2024

Esta edición alerta sobre las implicaciones de la desinformación y la incertidumbre económica a corto plazo y de los eventos climáticos extremos a largo plazo, basándose en los resultados de la Encuesta Global de Percepción de Riesgos que tiene en cuenta las opiniones de casi 1.500 líderes de diversos sectores. Nos centramos en este artículo en la dimensión medioambiental de sus conclusiones.

Principales Riesgos Globales 2024

El protagonismo del ranking de los riesgos globales identificados, siguiendo la tendencia de las publicaciones anteriores, es para aquellas amenazas vinculadas a cuestiones medioambientales. 

En este sentido, se considera que los riesgos más relevantes a largo plazo (10 años) son los fenómenos meteorológicos extremos; los cambios críticos en los sistemas terrestres; la pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas; la escasez de recursos naturales y la contaminación.

A corto plazo (2 años) también se señalan como principales preocupaciones ambientales los eventos climáticos extremos y la contaminación, como puedes ver en la siguiente imagen del Informe:

Todas estas amenazas ambientales tienen un punto en común: el cambio climático, ya que aumenta la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos (como olas de calor, sequías e inundaciones), así como la degradación de hábitats y extinción de especies.

Amenaza Biológica: Consecuencias del Cambio Climático en el Ártico

Este análisis hace una especial mención a las potenciales consecuencias derivadas del efecto del cambio climático en el Ártico sobre la salud de las personas y de los ecosistemas: 

“El Ártico es la región de la Tierra que se calienta más rápidamente, experimentando niveles de calentamiento global que son más del doble de la media mundial. Este calentamiento provocará reducciones graduales del permafrost, mientras que podría producirse un deshielo abrupto debido a olas de calor, incendios forestales y otros cambios. No será necesario el colapso total del permafrost para liberar contaminantes nocivos y «nuevas» enfermedades, tanto microbianas como víricas, a las que los humanos tienen poca resistencia natural, dentro de la próxima década. Además, a medida que tanto los Estados como los animales aprovechen el calentamiento de la región ártica, los huéspedes estarán más fácilmente disponibles, lo que aumentará la probabilidad de la amenaza biológica.”

Asimismo, respecto al impacto del calentamiento global, el informe apunta que los cambios medioambientales podrían afectar radicalmente al crecimiento económico, impulsando la inseguridad alimentaria, la inseguridad alimentaria, hídrica y sanitaria, reducir la productividad agrícola y provocar la pérdida simultánea de cosechas en regiones clave.

Como reflexión de cara a la acción global para enfrentar estos desafíos, las personas encuestadas identifican también algunas soluciones entre las que se encuentran los tratados y acuerdos mundiales, dado su  potencial para impulsar la acción. También consideran que la reducción más creíble de las emisiones sigue siendo el medio más rápido y eficaz para evitar o mitigar la probabilidad de que se produzcan puntos de inflexión climáticos.

El papel de la economía circular frente a la crisis climática

Como señalamos en este artículo sobre el  potencial de la correcta gestión de residuos en la mitigación del cambio climático, el sector de los residuos es responsable directo de alrededor del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). Además, el porcentaje de contribución de la gestión de residuos sólidos disminuye a medida que mejora el control de los vertederos y los desechos se desvían hacia otros métodos de gestión.

Pero una correcta gestión de residuos va de la mano del desarrollo hacia una economía circular, donde estos residuos puedan, cada vez en mayor medida, reintegrase en la cadena productiva.

Pero, ¿qué es la economía circular? En palabras de la Ellen MacArthur Foundation, se trata de “un enfoque sistémico del desarrollo económico diseñado para beneficiar a las empresas, la sociedad y el medio ambiente. En contraste con el modelo lineal «usar-tirar», una economía circular es regenerativa por diseño y pretende desvincular gradualmente el crecimiento del consumo de recursos finitos.”

Por último, revisemos algunos datos sobre el impacto de la economía circular en el medioambiente que ilustran los beneficios de este modelo económico:

  • En Europa, el desarrollo de una economía circular podría reducir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono de aquí a 2030, en comparación con los niveles actuales, en los sectores de la movilidad, los sistemas alimentarios y la construcción. 
  • La economía circular podría dar lugar a una reducción del consumo de materiales primarios (es decir, automóviles y materiales de construcción, terrenos inmobiliarios, fertilizantes sintéticos, pesticidas, uso de agua para la agricultura, combustibles y electricidad no renovable) en un 32% para 2030.
  • Se calcula que la degradación del suelo cuesta 40.000 millones de dólares anuales en todo el mundo, sin tener en cuenta los costes ocultos del aumento del uso de fertilizantes, la pérdida de biodiversidad y de paisajes únicos. Una mayor productividad de la tierra, menos residuos en la cadena de valor de los alimentos y la devolución de nutrientes al suelo aumentarán el valor de la tierra y el suelo como activos. 


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