ORIGEN DÍA MUNDIAL DEL RECICLAJE

Como cada año, el día 17 de mayo, se celebra el Día Mundial del Reciclaje, con el objetivo de seguir concienciando a la ciudadanía sobre la importancia de tratar de manera correcta los residuos y de esta forma, contribuir a proteger el medio ambiente y conseguir la transición hacia un modelo de Economía Circular. 

El Día Mundial del Reciclaje fue definido por primera vez en el año 2005, cuando fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La fecha seleccionada para esta celebración fue el 17 de mayo de cada año y cada vez cobra mayor relevancia, teniendo en cuenta las consecuencias (cada vez más presentes en nuestro día a día) que están afectando a nuestro planeta.

El objetivo principal de este día es incidir en la importancia del reciclaje, como práctica fundamental para promover la conservación del medio ambiente y el uso sostenible de los recursos y materias primas.

También se pone en valor la importancia de optimizar la gestión de los residuos a fin de alargar su vida útil o desecharlos correctamente sin repercusiones ambientales. En un contexto marcado por la escasez de materias primas, la degradación ambiental, la escasez y el elevado precio de la energía y otros tantos acontecimientos derivados de un modelo de producción y consumo lineal, la búsqueda de soluciones alternativas que pongan de nuevo en circulación aquellos materiales que han quedado relegados a la categoría de desecho mucho antes del término de su vida útil parece ser la única alternativa a fin de garantizar un equilibrio certero y perdurable entre los tres pilares de la sostenibilidad: economía, medio ambiente y sociedad.

El Día Mundial del Reciclaje busca fomentar la participación activa de gobiernos, organizaciones, empresas y personas individuales en la promoción y práctica del reciclaje. A través de campañas de sensibilización, actividades educativas y acciones concretas, se busca impulsar cambios de comportamiento hacia un consumo más responsable y una gestión adecuada de los residuos.

CIFRAS DE RECICLAJE EN ESPAÑA

Según los datos publicados por el Observatorio Sectorial DBK, en el pasado año 2022, la producción de residuos reciclados en España, incluyéndose residuos de papel, cartón, vidrio, plástico, madera y metal, superó los 20 millones de toneladas, lo que supuso un 2,3% más que en el ejercicio anterior, siguiendo así la tendencia alcista de estos datos en los últimos años. 

En concreto, dentro de estas cifras, los residuos de metal son los que concentran más volumen del total reciclado, con un 60%, al que le siguen los de papel y cartón (más del 20%) y el resto corresponde al reciclado de vidrio, plástico y madera.

Esta mejora es producto de multitud de factores que van desde el aumento de la conciencia ciudadana hasta un mayor compromiso por parte de los agentes del sector y la administración, destacando especialmente la intromisión de figuras legislativas e impositivas en los últimos años, cuya máxima es fomentar y hacer efectiva la transición hacia una economía circular que ponga el valor los residuos y potencie modelos de consumo sostenibles y neutros en carbono basados en tecnologías de reciclaje y reutilización.

¿Y LOS RAEE?

El correcto reciclaje de los aparatos eléctricos y electrónicos es una prioridad para el Gobierno de España, de ahí que, gracias a la legislación vigente existente hace casi veinte años, de manera anual, se establezcan objetivos para llevar a cabo la recogida separada de residuos de estos RAEE en España. 

En este sentido, se implanta una cifra mínima a nivel doméstico y a nivel profesional. Tan solo en 2022, la recogida mínima estimada de RAEE de origen doméstico se estableció en más de 439.000.000 kg, mientras que de origen profesional era de casi 190.000.000 kg. También el Gobierno establece esta recogida en función de los habitantes, así, el objetivo mínimo por habitante en España debe ser de unos 13 kg de RAEE.

HACIA UN MODELO CIRCULAR

Los principales organismos de la Unión Europea, y las políticas y normativas que generan, han declarado su voluntad voluntad de erigir una “sociedad del reciclado” mediante la elaboración de normas que aporten seguridad jurídica tanto a recicladores como a usuarios y actúen como potenciadoras de nichos de mercado alternativos y nuevas materias primas secundarias, a la par que incrementar el porcentaje de residuos que actualmente se recicla en el continente.

En esta línea, y a sabiendas de que el mejor residuo es aquel que no llega a generarse, el Día Mundial del Reciclaje viene a celebrar los hitos conseguidos hasta ahora en esta materia, pero también se erige como una jornada reivindicativa para afrontar los grandes retos que aún como sociedad debemos ser capaces de sobrepasar.

Y aunque es cierto que los datos de recogida y reciclaje de residuos mejoran cada año, aún estamos lejos de cumplir con las exigencias impuestas por las Directivas Europeas. Esto se debe fundamentalmente a desequilibrios en los sistemas de gestión de residuos a lo largo del territorio, una trazabilidad aún escasa de los distintos flujos de desechos, la necesidad de impulsar infraestructuras capaces de absorber el previsible incremento de residuos, la escasez de líneas de investigación que permitan unas mejoras en el rendimiento de las materias primas secundarias y una fiscalidad incentivadora de buenas prácticas. 

Y A FUTURO…

Este Día Mundial del Reciclaje nos recuerda que la transición hacia una economía circular y baja en carbono no es ya tanto una necesidad como una obligación y que la adopción de modelos empresariales, productos y materiales innovadores y sostenibles ha pasado de ser un objetivo a futuro para concretarse en nuestro presente más inmediato.