La Unión Europea avanza contra la obsolescencia programada y pone en primera línea el derecho de los consumidores a poder reparar sus aparatos eléctricos y electrónicos, lo que obliga a los Productores a avanzar con inmediatez en sus procesos para facilitárselo.

Actualmente, los consumidores encontramos varias trabas al tener que reparar un aparato eléctrico o electrónico. A menos que esté en garantía o hayamos contratado un seguro, la reparación puede que suponga une elevado importe para un aparato que ya está usado, frente al precio competitivo de uno nuevo.

Esta situación es el primer eslabón en el que está trabajando el Parlamento Europeo. Recientemente, han votado a favor de un texto que remiten a la Comisión Europea, en el que piden la instauración de una serie de medidas legales que termine con el fin de los aparatos de un solo uso: Nace el derecho a reparar.

El derecho a reparar en Europa

El texto sugiere la creación de un índice similar al certificado de eficiencia energética. Mediante el cual, los consumidores, al adquirir un producto eléctrico o electrónico, puedan ver en su envase el índice de reparabilidad y su calificación, mediante etiquetas identificativas. Conocidas también en la jerga como ‘nutriscore’

Pero este ‘nutriscore’ que se plantea, quiere ir más allá: que con un vistazo, el consumidor entienda lo fácil o no que resulta reparar ese aparato, así como una estimación de la vida útil del producto. De esta manera, al adquirirlo, tienes una información fiable y segura.

En países como Francia, el Gobierno y el sector llevan años trabajando sobre esta idea que se va a poner en marcha en las próximas semanas, y que aborda temas tan interesantes como el ecodiseño: el escalón fundamental y la base del tema que nos ocupa.

Porque diseñar un producto con materiales reciclados o recuperados, evita continuar esquilmando los recursos naturales. Y si además incluye un sistema de ingeniería adaptado a la reparabilidad, aumentando su eficiencia y durabilidad, evitamos a la vez toneladas de residuos contaminantes y consumismo exacerbado.

El caso de la empresa iFixit: O cómo repararnos nuestros propios aparatos eléctricos y electrónicos

iFixit es una empresa que desmonta cada producto que sale al mercado para demostrar lo fácil que resulta repararlo.

Aportan manuales de mantenimiento, para que los consumidores puedan hacerlo por sí mismos, y ofrecen también las herramientas oportunas para llevar a cabo las reparaciones. Esto es precisamente, lo que se ha pedido en Europa recientemente: que estos manuales los faciliten gratuitamente los fabricantes y que vayan incluidos en la compra del producto.

Actualmente son especialistas en smartphones, tabletas, portátiles y algunos equipos de aspiradoras. A nivel legislativo, defienden el derecho a reparar y a recibir la información adecuada por parte de la industria.

Defienden que si se elaboran productos de calidad, se genera lealtad por parte de los clientes. Y eso es bueno para la industria y para el medioambiente.

Su lucha por ganar al monopolio de los fabricantes, tiene millones de adeptos en el mundo. Se especializaron en productos Apple y ahora ya sus reparaciones se extienden a otras marcas.

Incluso algunos grandes fabricantes ya se han unido a esta corriente, sentando un precedente de productores favor de la economía circular, como Patagonia, Dell, Lenovo y Fairphone, proyectando una imagen de empresas comprometidas con el medioambiente y la sociedad. Y preparadas para que cuando el cambio legislativo entre en vigor, sus empresas estén preparadas a nivel técnico, legal y corporativo.

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